El 8 de diciembre de 1874, desde una colina en Nagasaki, un astrónomo francés se afana en registrar el tránsito de Venus a través del disco con un instrumento ideado por él. Aún faltan 21 años para que los hermanos Lumière presenten en sociedad el cinematógrafo, y 28 años para que un mago haga eterna la imagen del impacto de un cohete en el ojo de una sorprendida Luna. Sin embargo, la conexión entre la astronomía y el cine ya estaba allí.
En esta charla realizaremos un recorrido, a 24 fotogramas por segundo, por la íntima relación entre el séptimo arte y la exploración científica y humana del cosmos. No buscamos magnificar errores ni asumir el papel de críticos cinematográficos, sino simplemente contemplar el universo a través de las películas que han dado forma a un género casi propio: el astrocine.