Proyecto CAMINA: Memorias del Cine

Memorias del Cine es una investigación poética sobre los recuerdos del cine en La Chanca-Pescadería, barrio que conserva un estrecho vínculo con los rodajes en la provincia. A partir de testimonios y retratos de vecinos que han participado en películas, además de fotografías de época inéditas, el proyecto articula una narrativa más plural sobre el cine en Almería.

Entrevistas

 

Entre los días 16 y 21 de octubre, en la sede de la asociación La Traiña, 44 vecinos y vecinas de La Chanca-Pescadería pudieron relatar sus vivencias en torno a los rodajes cinematográficos. Aunque poco conocida, la contribución humana del barrio fue fundamental para el desarrollo de la industria en la provincia, que encontró entre sus vecinos las características y habilidades indispensables para la representación de un variado abanico de personajes: desde vaqueros, indígenas y mexicanos, hasta egipcios y romanos.

 

La muestra buscó reflejar la gran diversidad cultural y generacional del barrio: al lado de especialistas y caballistas con décadas de trayectoria, en su mayoría de etnia gitana, también narraron sus experiencias jóvenes que apenas se han estrenado como figurantes. Más que una actividad anclada en los tiempos del Spaghetti western, el cine sigue presente en la vida de este icónico barrio de la ciudad. 

 

Cada entrevistado fue fotografiado por el artista visual Pablo Vara, que generó un nuevo archivo de imágenes de trabajadores/as ligados al cine. Asimismo, durante estos días, las personas entrevistadas tuvieron la oportunidad de ceder y digitalizar fotografías de sus archivos personales: instantáneas sacadas en los intervalos de los rodajes, en las que mujeres, hombre y niños lucen con orgullo sus caracterizaciones.

Memorias del Cine: cartografía

 

Entre los días 3 y 4 de noviembre un conjunto de fotografías (retratos de Pablo Vara, fotografías de archivo) y textos (citas de las entrevistas) fue trasladado a diferentes murales del barrio de La Chanca-Pescadería. Producidos por el artista plástico Juan Andrés Amaya Torres, estos murales llevaron al espacio público un abanico de memorias que era conservado esencialmente en el ambiente intrafamiliar, y que al ser (re)escrito con herramientas el arte (pósteres, ampliaciones, pintura) y (re)ubicado pudo contribuir a democratizar el pasado del barrio.  

  1. Escaleras de La Hoya

    Estas escaleras conectan la Avenida del Mar con La Hoya (también conocida como La Joya), una zona del barrio que vincula la tradición marinera de La Chanca-Pescadería con un espacio muy significativo por su riqueza natural, científica y enriquecimiento cultural. A los pies de La Alcazaba se halla este espacio que en años recientes ha sido escenario de varias producciones ambientadas en el Oriente Medio, como The State (2017), Line of Fire (2023) o La unidad Kabul (2023). Los murales brindan homenaje a vecinos/as de diferentes orígenes y generaciones que han trabajado en películas, como Jesús López Erena «El músculos» (1958), nacido en La Hoya, que desarrolló una carrera internacional y actuó al lado de celebridades como Arnold Schwarzenegger o Sylvester Stallone; o el joven Soufiane Aboufaris (1998), nacido en Marruecos, que ha participado en cuatro producciones, incluyendo la película Wonder Woman 1984.

  2. Calle Cuevas de las Palomas

    El mural se ubica en una zona alta del barrio donde originalmente existían cuevas y casas populares, próximo a un mirador con vistas a La Hoya. Es una galería con retratos de vecinos/as que han participado en el proyecto Memorias del Cine, como especialistas, caballistas y figurantes, muestra representativa de la diversidad cultural y generacional del barrio. Entre ellos miembros de familias de etnia gitana con estrecha vinculación y una profunda sabiduría en torno al universo equino, cultivada durante varias generaciones: jinetes habilidosos que rápidamente fueron incorporados a los rodajes que llegaban a la provincia a partir de 1950. Algunos nombres son Andrés Amaya, Ángel Cortés Fernandez y los hermanos Juan Manuel Torres Gómez y Antonio Torres Gómez, cuya familia tradicionalmente ha trabajado como enlace con las productoras, además de participar en la creación del primer sindicato de artistas de Almería, en 1984.

  3. Solar Calle Valdivia

    Este mural se ubica en una importante arteria del barrio y representa el enlace familiar que ha llevado a varias generaciones a trabajar en «las películas». En la foto ampliada se ve a la pareja Dolores Cortés Fernández y Juan Santiago Fernández, quienes aparecen con vestuarios y canastas actuando en una producción en la década de 1960. Como muchas otras familias del barrio, los Fernández buscaron intercalar el trabajo en la mar con las oportunidades en el cine, generando una huella que pervive en imágenes e historias celosamente transmitidas.

  4. Plaza Don Marino Álvarez

    En este espacio en el corazón del barrio, también conocido como Plaza Moscú, vemos al vecino Gregorio Utrera Villena interpretando a un sheriff. Gregorio actuó en películas como La muerte tenía un precio (1965) o ¡Agáchate, maldito! (1971) y es recordado por los vecinos como alguien que llevaba a sus personajes de ficción más allá de los rodajes.

  5. Solar Calle Reverenda Madre María Micaela

    En frente de la parroquia de Santa María de Belén se ubica un solar con grandes muros de hormigón que en ocasiones ha sido escenario para eventos vecinales. Este espacio, actualmente en desuso, fue elegido por el proyecto por su gran potencial para reavivar la vida comunitaria de la zona. Precisamente en una de sus paredes se encuentra un mural fotográfico en el que las mujeres son las protagonistas: pese a su presencia constante en los rodajes, muchas veces con hijos e hijas (en escenificaciones maternas), su participación ha sido ensombrecida por un relato mayormente masculino. Gracias a archivos generosamente compartidos por los vecinos/as aquí podemos verlas en diferentes situaciones y épocas, ya sea mirando a la cámara con desenfado o interpretando a un personaje previamente asignado.

  6. Barranco de Greppi

    En el extremo occidental del barrio, en la zona conocida como Barranco de Greppi, se encuentra la Plazoleta Camino Viejo, un espacio verde poco conocido por la ciudadanía y con importantes vinculaciones históricas. Aquí podemos ver a dos generaciones de una familia de caballistas, Jose Bellido padre y Jose Bellido hijo, «El Chino», quienes vienen trabajando en rodajes desde la década de 1960 hasta la actualidad.

Memorias del Cine: Archivo

 

En esta última fase del proyecto, inaugurada el 17 de diciembre en el Yacimiento Arqueológico Barrio Andalusí, todos estos testimonios verbales y fotográficos fueron reunidos en una instalación-archivo titulada Memorias del Cine: Archivo. La muestra fue coproducida por los artistas Jonathan García, Pablo Vara, Juan Andrés Amaya Torres y Enrique Demetrio, bajo el comisariado de Péricles Dias de Oliveira.  

 

Ofrece una obra de naturaleza colaborativa que invita al espectador a la participación activa, a hilar los diferentes vídeos, textos y fotografías presentes en la sala, a crear narrativas más plurales sobre el pasado cinematográfico de Almería. La muestra dialoga con la precariedad de aquellas memorias que no están refrendadas por los archivos institucionales, y que necesitan ser reconocidas para que dialoguen con el presente.

 

Esta polifonía de voces, aparentemente fragmentada, tensiona visiones bien establecidas del cine en la provincia, como la de «Almería plató natural de cine». No sólo de ramblas desérticas y buena luminosidad ha gozado la provincia de Almería, sino también de una nutrida masa de trabajadores/as que hicieron y hacen posible los rodajes. Desde los inicios de los rodajes, las familias gitanas de La Chanca-Pescadería y de otros barrios han sido demandadas por sus habilidades como jinetes y por un color de piel que fácilmente las han convertido en personajes «mejicanos», «indios» o fronterizos. En los últimos años, los nuevos vecinos de origen magrebí han encarnado a personajes relacionados con el mundo árabe, como «iraquís», «sirios» o «afganos», muchas veces en producciones rodadas en el mismo barrio. Pero más que peones en un tablero dirigido por las productoras, estas personas han influido en el desarrollo de la industria y, además, han generado sus propias interpretaciones sobre el cine. Las entrevistas aquí reunidas nos dejan un pequeño vislumbre de estas «otras historias» que apenas han empezado a escribirse.

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